La integración de la cocina y el comedor es una opción habitual en las casas de hoy, no solamente por cuestiones de espacio sino también por la funcionalidad que supone esta posibilidad. Sin embargo, el hecho de contar con “puertas abiertas” entre comedor y cocina no significa la invasión de un espacio sobre el otro.
En consecuencia, uno de los principales desafíos en este tema es lograr armonía en la integración de ambos espacios, para que de esta manera se potencien pero sin perder su individualidad. Se trata de dos ambientes que pueden estar perfectamente juntos en una misma habitación, pero que igualmente tienen sus características particulares.
Cuando el espacio lo permite, una buena idea puede ser intentar separarlos al menos de forma visual, sin que existan muros o separaciones físicas. De esta manera, estaremos integrando los espacios pero sin perder privacidad e independencia en cada uno de ellos. Es la idea que nos muestra delikatissen.com en la foto, y que indudablemente resulta muy atractiva.
La separación en este caso se ha dado a través de los juegos cromáticos realizados, ya que mientras el área de cocina se diferencia por el uso del negro, en el sector de comedor se ha optado por el blanco y los colores claros, aprovechando al mismo tiempo una ventana para brindar luz y calidez al último sector mencionado.
Tanto la cocina como el comedor cuentan con sus respectivos complementos y mobiliario, sin que existan elementos de uno de los sectores que se entrometan en el otro. De esta manera se facilita la separación visual y el orden, un punto trascendente al tratarse de espacios compartidos donde se quiera establecer una separación pero sin emplear estructuras físicas.
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