Cada material tiene sus pros y sus contras al aplicarse en determinados espacios, y lógicamente las cocinas no escapan a ello. En este caso vamos a ver cómo se despliegan los suelos de piedra en las cocinas y cuales son los principales detalles y características a tener en cuenta. ¿Qué beneficios nos ofrece este material?. ¿Se destaca por su faceta funcional o decorativa?.
En principio, vale destacar que la piedra es uno de los materiales que más aplicaciones posibilita. La gran resistencia que posee la convierten en una excelente posibilidad para ser aplicada en cocinas, un ambiente donde la circulación es permanente y, en consecuencia, el trabajo puede desgastar las superficies.
Pero no solamente se destaca por su fortaleza. No por nada la piedra ha sido empleada desde siempre en el interiorismo, si tenemos en cuenta que permite una gran belleza de acabados y presentaciones. Tanto sea muy tallada y refinada o con poco trabajo e irregular, la piedra puede adaptarse sin problemas a todos los estilos decorativos que dominen en la cocina.
Asimismo, es posible hallar una inmensa variedad de texturas, colores y motivos decorativos, incluso sin necesidad de cambiar de tipología de piedra. Como no se podrán encontrar dos baldosas iguales, es posible disponer de una gran variedad ornamental, que enriquecerá las posibilidades decorativas de los pavimentos.
Solamente algunos tipos de piedra que pueden aplicarse en los suelos de la cocina son: granito, arenisca, mármol, mármol pulido, piedra caliza, pizarra común o pizarra china, entre otras opciones.
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