Es indudable que la madera es un material que brinda mucha calidez a nuestro hogar, pero también requiere de cuidados especiales si queremos que los amoblamientos o complementos luzcan siempre impecables. Esto es así en cualquier ambiente, pero en el caso de la madera empleada en la cocina, el cuidado debe ser aún mayor.
Existen muchos agentes externos e internos que pueden dañar a la madera. En el caso de la cocina, una gran parte de estas posibles amenazas se presenta con mayor intensidad que en otros espacios del hogar. Vamos a ver cuáles son esas amenazas y qué podemos hacer frente a ellas.
En primer término, si la cocina cuenta con amoblamientos de madera y ventanas por las cuales ingrese mucho sol, tenemos aquí el primer problema. Es que los muebles que están expuestos muchas horas al sol se van deteriorando y pierden su color. Para evitar esto debemos aplicar una tinta con protección, que actuara como filtro solar. El producto puede hallarse en cualquier pinturería o ferretería.
Otro tema son los insectos. Por ejemplo, es común que pequeños gusanos se instalen en la madera y dejan millones de larvas, que van comiendo poco a poco la madera. Para contrarrestar esta amenaza existen muchos antipolillas, por ejemplo líquidos, que se aplican fácilmente con un pincel y eliminan gusanos y larvas.
Para el final dejamos a los dos principales enemigos: el agua y la humedad. Con el contacto con el agua, la madera se va hinchando hasta que se forman rajaduras. En la cocina, es vital usar protecciones y laminados de distintos materiales que se colocan sobre la madera, para evitar su rápido deterioro.
La humedad también puede ser letal. Es necesario aplicar productos que protejan a la madera y que no dejen que se formen hongos. Para esto, pueden emplearse lustramuebles con fungicidas, por ejemplo. Siguiendo estos consejos, es muy probable que la madera en la cocina se mantenga hermosa y brillante por una mayor cantidad de tiempo.
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