Desde hace mucho tiempo, la cocina se ha transformado en un espacio de importancia en el hogar, tanto desde el punto de vista funcional como estético. En consecuencia, junto con la popularización de los electrodomésticos comenzó algunas décadas atrás un camino de constante superación tecnológica y de nuevas opciones en cuanto a diseño en las cocinas, que aún hoy sigue sorprendiéndonos.
A todo esto se suman los fuertes cambios sociales ocurridos en los últimos años, que incluyen el trabajo de la mujer fuera de casa y la actividad del hombre en la cocina, provocando que la misma sea un espacio multifuncional que incluye aplicaciones de lavadero, salón, comedor y estudio, por ejemplo.
Sin embargo, este carácter actual de las cocinas tuvo como antecedentes otros escenarios completamente diferentes. Por ejemplo, durante la década de 1980 se privilegió un concepto de cocina poco flexible, únicamente basado en la preparación de alimentos y en el almacenamiento y lavado de utensilios.
Esta tendencia duró hasta bien entrada la década de 1990, pero posteriormente la cocina cambió por completo. Hoy es un espacio confortable, apto para todo tipo de actividades. Es que en las cocinas hoy no solamente se preparan alimentos: también se estudia, se trabaja, se lava y seca ropa, se reciben visitas…
Los nuevos diseños en cocinas apuestan entonces a la madera, al metal y al cristal como materiales capaces de combinar todas esas funciones que concentra hoy el espacio. En consecuencia, la madera aporta naturaleza y calidez, el metal la dureza y resistencia a todo tipo de agresiones, y el cristal la luz que hace falta en cualquier ambiente. La imagen que observamos pertenece al portal Archi Expo.
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