Cuando llega la primavera se incrementa la luz natural y el entorno se vuelve más colorido y alegre. De esta forma, los ambientes internos piden cambios en las tendencias de decoración, para adaptarse de una forma más adecuada al clima que se vive en exteriores. La cocina, por supuesto, no escapa a esta realidad.
La idea es una cocina que no sirva únicamente para cocinar, sino que además permita compartir experiencias con toda la familia, convirtiéndose en un espacio de reunión y encuentro social. En consecuencia, debemos sentirnos cómodos en la misma y no experimentar esa sensación típica de las cocinas de antaño, en las cuales se percibía claramente que el único propósito era trabajar en ella.
Para que un ambiente sea agradable y divertido todo comienza con la decoración. En esta primavera, las tendencias marcan que el blanco será el color que reinará, debido a la fuerte influencia del estilo nórdico. El brillo no será un elemento importante, por lo tanto los acabados en mate dominarán los espacios de la cocina. En el terreno de la madera, las vetas marcadas y las variedades como nogal y olivo afianzarán su liderazgo.
Otras tendencias para estas cocinas primaverales, de las cuales podemos apreciar un ejemplo en la imagen que acompaña este texto, serán la presencia de electrodomésticos con un diseño claramente contemporáneo y tecnológico, el predominio de las tecnologías de iluminación LED y la integración entre cocina y comedor a la hora de decidir la distribución y el orden del espacio.
Imagen: decoesfera.com
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